15 de julio de 2010

Musimundo... ¿o Multi-mundo?



Es, quizás, la cadena de venta de discos musicales más importante de Argentina. Ha logrado sobrevivir a la amenaza de la multinacional Tower Records en la década del ´90 y es la marca más reconocida del sector industrial. También ha logrado evolucionar a medida que su expertise era mayor y los mercados cambiaban de tendencia, lo que permitió a Musimundo ser siempre una firma dinámica, juvenil, divertida y elástica. 
No obstante, desde hace algunos años ha venido incluyendo diversas categorías a su oferta de productos. Poco a poco comenzaron a aparecer libros, y se le fueron sumando impresoras, computadoras, televisores, cámaras digitales, celulares y algunas otras categorías que no tienen relación directa con la música. En cuanto a la venta de minicomponentes y DVD´s, podemos darle el visto bueno debido a que son productos que están en línea con sus orígenes musicales. "Les vendemos la música y también los artículos necesarios para reproducirla" (eso es hacer una buena práctica del cross-selling).

Pero siguiendo con el hilo de nuestro análisis, pareciera que al ingresar a Musimundo estamos en Garbarino, Frávega o Rodó, y da la impresión de haber dejado de ser sinónimo de música. Es cierto que los factores coyunturales (Internet y la piratería, por ejemplo) provocaron una gran merma en la venta legal de música a tal punto de generar graves inconvenientes en la industria, pero también se puede aprovechar este nuevo negocio digital para potenciar la ventaja competitiva de Musimundo desde otros campos. Las alternativas podrían oscilar desde la venta de música en formato mp3, atravesando por alianzas con Apple, hasta convertir a la marca en una productora de eventos y recitales musicales, o lanzarse como una compañía discográfica también. Ingresar como un jugador más en la categoría de retailer multiproducto transforma a Musimundo en un competidor repetido ("más de lo mismo"), y se está desviando de su esencia que tan bien supo defender y cultivar a lo largo de su existencia. 

Es muy complicado mantenerse siempre en una misma línea y no tentarse a caer en la desesperación por los resultados inmediatos, y la identidad de marca debe ser lo último que se debe perder debido a que todo lo demás será una simple consecuencia (para bien o para mal) de esa decisión. Hay empresas que pudieron diversificarse de modo coherente sin poner en riesgo su negocio: por ejemplo, Apple logró desprenderse de la mera venta de computadoras través de su nuevo slogan "Think Different", gracias al cual pudo lanzar reproductores de mp3 y celulares, por ejemplo. Si bien son productos diferentes, tienen el concepto de la originalidad y el diseño como factor común. 

Sin ser tan tecnológicos, Lysoform logró lo mismo al adueñarse del concepto de "desinfección", a través del cual se permitió lanzar limpiadores de piso, de superficies pequeñas y aerosoles con gran éxito. Si decidieran lanzar pañuelos descartables para limpiar superficies, seguramente también tendrán buenas respuestas por parte del mercado. 

Como podrán apreciar, mantenerse focalizado (¡pero no cerrado a nuevas opciones!) en nuestra mayor fortaleza es la mejor decisión que podemos adoptar como marca. No siempre es sencillo, pero tampoco es imposible. Sólo es cuestión de estar atentos y continuar siempre con el objetivo estratégico entre ojos.   

    

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