21 de febrero de 2010

De la mano de las frutas, las marcas se animan a más


Hace mucho tiempo que no se observaba esta tendencia a una apuesta por una mayor variedad de opciones ante un mismo producto. Me acuerdo cuando de chico veía un sinfín de opciones en los almacenes al querer comprar un yogur: había sabores vanilla, frutilla, durazno, pera, banana, y el clásico natural. Luego, por alguna razón particular, se comenzó a recortar la oferta de referencias, quedando solamente (y de modo habitual) los sabores de frutilla y vanilla. Los de durazno, pera y banana hacían su aparición en contadas ocasiones bajo el rótulo de "edición especial", celebrando la llegada del invierno o del verano.

Pareciera ser que la globalización había traído aparejada la concentración de la oferta en productos que realmente rotaran en el punto de venta. La cuestión era centrarse en lo que brindaba rentabilidad segura a la compañía. Un caso similar ocurrió con Gatorade, ya que en sus comienzos sólo poseía dos o tres sabores en sus filas. Obviamente, no se las puede prejuzgar ya que cada marca tiene sus razones, pero es cierto que han sido muy conservadoras durante mucho tiempo, sobre todo a la hora de ingresar al mercado, momento en el cual decidían lanzarse con lo seguro. 
Sin embargo, desde hace un tiempo se viene apreciando un punto de inflexión en este tipo de prácticas, y el sector industrial de las bebidas sin alcohol es un buen ejemplo de ello. Algunos de los responsables de esta gran noticia son Gatorade (bebidas deportivas) y Aquarius (aguas saborizadas sin gasificar). La marca de Coca-Cola se ha tenido que recuperar luego de los inconvenientes sufridos con Dasani, y no sólo recurrió al lanzamiento de Aquarius (con el respaldo de la siempre querida Cepita, de gran afinidad con todos los argentinos) en 2008, sino que lo hizo con una apuesta muy interesante. Ingresó con tres sabores: manzana, pomelo y pera. Claramente la innovación aquí se presenta con la última opción. No sólo fue bien recibida por los consumidores, sino que provocó, un año más tarde, la reacción de su competidora Villa del Sur Levité al lanzar al mercado los sabores pera y ananá, demostrando que ahora era ella quien apostaba por una nueva opción. Pero esta historia no termina aquí: Aquarius, consciente de su éxito con la pera y de la posible reacción por parte de Levité, pateó el tablero nuevamente con la naranja y la uva. 

El caso de Gatorade es también muy interesante. Lanzando muy pocos sabores al momento de su desembarco en el mercado nacional, en la actualidad se encuentra en una posición muy diferente y ventajosa, teniendo nada más y nada menos que siete sabores (considerando solamente los envases de plástico de 500 ml.) entre sus opciones. A los clásicos como la manzana, la naranja y la lima limón, se le fueron sumando la uva, el berry, el Cool Blue y el mango. De este modo, uno puede disfrutar de la recuperación de las sales minerales luego de practicar deportes, sin dejar de lado el rico sabor de una fruta.

Esta tendencia a la incorporación de más sabores frutales también se extiende a los jugos a base de polvo, siendo Ser y Clight los más claros exponentes. Tal vez la gran ventaja que tienen estas dos marcas por sobre las antes descritas es la combinación de dos sabores por cada producto ofrecido, siendo un poco más atractiva su oferta y variedad. Aquí se puede encontrar una interesante alternativa para ser un poco menos convencionales: Kiwi-Melón, Mango-Pera, Frutos Rojos, Frutos Verdes, Naranja-Durazno, Naranja-Mango, Pera Dulce, Kiwi-Durazno, son algunas de las opciones que los consumidores tienen para disfrutar.

El siguiente gráfico (elaboración propia Brandmoré) de barras pretende demostrar a grandes rasgos lo que está sucediendo en este sector industrial tan competitivo y en permanente evolución:


En promedio, esta muestra de tres marcas permite observar que ellas incrementaron en un 89% sus sabores ofrecidos al mercado, dejando en evidencia que los consumidores responden de manera positiva ante las respuestas que las mismas les ofrecen para satisfacer sus necesidades y deseos.  

Señoras y señores, queda en claro que la competencia siempre es buena. Todos los competidores se esfuerzan para poder obtener una porción mayor de market share, por un lado, y los consumidores se benefician con nuevas opciones y alternativas, por el otro. Es esperanzador saber que las marcas escuchan al mercado y se movilizan para plantearles respuestas y ayuda para intentar acercar soluciones a cada uno de sus compradores. Sin lugar a dudas, el mercado de las bebidas a base de frutas logró captar el mensaje de un cierto aburrimiento por parte de los consumidores y reaccionaron a tiempo para seguir adicionando valor a un sector que ha tenido un boom de consumo y nuevos lanzamientos hace ya algunos años. De esta manera, el mercado siempre se renueva para evitar que se caiga en una meseta y el consumo migre hacia otras bebidas. 

Es tiempo de crisis en todo el mundo, y qué mejor ocasión para que todas las industrias inviertan en sus marcas y productos prestando mucha atención al comportamiento de los mercados. Es cierto que una de las funciones de las marcas es brindar soluciones, pero también es cierto que las mismas se pueden lograr mediante nuevas opciones y dejando de lado lo clásico y aburrido. Es hora de comenzar a perder el miedo a realizar cosas diferentes.    


 



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